El 5 de junio y por unas siete horas, Venus atravesará el disco solar y podrá contemplarse a simple vista, observándose un lunar negro 32 veces más pequeño que el Sol, aunque para contemplarlo se deberá portar unos lentes protectores adaptados como los que se utilizan para los eclipses.
Sin embargo, este fenómeno, tan esperado por astrónomos aficionados y expertos en astrofísica, solo se podrá ver desde algunas partes del planeta a la puesta o a la salida del Sol. Por ejemplo, en París, no se podrá ver la llegada de Venus pues el Sol se habrá puesto para entonces. Pero, se podrá observar durante una hora a partir de la salida del astro, el próximo 6 de junio.
Aunque en realidad es menos espectacular que un eclipse, la ruta de Venus ofrece una riqueza de información mucho mayor para los científicos. "Desde hace varios siglos, el paso de Venus por delante del Sol es un gran momento para los astrónomos y no va a ser diferente en 2012, con motivo de esta oportunidad excepcional", expresó Claude Catala, presidente del Observatorio en París.
Este fenómeno se produce dos veces separadas por ocho años en un siglo, antes de la última vez, en junio de 2004, ningún astrónomo había sido capaz de estudiarlo.
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